El día pasó así,
como quien pierde
cualquier motivación
para encontrarse
con algún caminante
en las aceras,
con algún marinero
decidiendo
ir a pulsar al mar
y sus mareas.
Y así, sin preguntar
se recostó en la sombra
y se durmió completo.
No supimos que hacer
después del reto
de conseguir las luces,
los veleros,
las caminatas largas
en los predios
donde el río cantaba
su canción de río bueno,
no importando las lunas
o el momento.
Pero llegó la luz,
de pronto entre las aguas,
los pájaros cantaron
sus esquemas ,
y una música dulce
de cuaresma,
llego a nuestros oídos
como una nueva escala
de lo que esperas vivir
un día cualquiera,
andando en las riberas
de las aguas.
El día pasó así,
cual si quisiera alegrarnos
la jornada
¡con las risas de siempre
sobre las mismas aguas!