Desde las plenitudes
a la escasez flagrante,
van, ríos impolutos:
exterminio y desaires
en ese rompeolas
que ya vivimos antes.
Así se va la vida,
no importa cuanto aguantes:
si es plenitud de sueños
o es la inercia garante
de todo lo que muere,
frente a tus pies cansados
y tu mirada grave.
¿Escasez de recursos?
¿Corazón sin amarres,
sueños que nunca fueron
lo que siempre soñaste?
¿Por la vida y por todo
lo que ocurre al instante?
Impolutos misterios
que mueren y renacen:
una mirada grave,
un corazón que late,
una cruz sin clavos
dando fe del alarde
de no sé cuántos siglos
¡en la aurora que nace!