Asa, sencillamente,
luchando mis batallas.
Sintiendo que soy fuerte,
¡exigiendo murallas!
Cercando, contra el viento,
un sin fin de olas altas.
Pervivir en el todo
y excusándome en nada.
Sencillamente voy
sobre mi propia barca
entre un nidal de olas
que subyugan mi zafra.
Colocando en mis hombros
mis luchas y mis ansias.
Con más dolor que herida
urgiendo a mis espaldas.
Y aquí estoy,
y aquí sigo,
con mi ruta labrada,
más insomne que nunca
y más triste que nada.
Pero voy, tan segura
de llegar a mi playa
que mi velero urge
tocar la nueva arena
y empezar las batallas,
porque debo a mi vida:
¡más ilusión que nada!
más prebendas que caos,
¡más alegría que lágrimas!