Si…
Si…

Si…

Si dentro de mi misma 

la antigua voz que te nombra, 

los silencios parecen 

convertir las auroras 

en algo más que música 

danzando entre las rosas. 

 

Si logro en los recuerdos 

ir hilando sin mora, 

llamarte tan bajito, 

sin molestar las sombras, 

tu sonríes ya pleno, 

para cualquier memoria. 

 

Y es que vives danzando 

cual libre mariposa, 

recordándome siempre 

lo feliz de tu ahora 

más cercano del cielo 

que mis lejanas horas. 

 

Si duermo, siempre sueño 

mi retornar de río, 

que aposenta el recuerdo 

sobre el libre albedrío 

de un cauce siempre plácido 

o un viaje sin olvidos…

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