¿A dónde vas,
sin llevarte las penas,
dónde está la esperanza
que naciera
de algún sueño feliz
en tu verbena?
¿A dónde ir?
Sin llevarte los cuentos
del eterno cansancio
que te llama,
sin la mirada triste
que colgaba
una vez y otra vez
de tus ojeras,
mirando con angustia
la gran marcha
sin la ruta feliz
de lo que esperas.
Y es que los sueños
con sonrisas justas,
desdicen los abrazos
que las premian,
y los recuerdos gratos
ya no vienen
a contarte los sueños
que tuvieran…
Desde este amanecer,
donde la magia
perdió los pasos justos
que tuviera.
¿A dónde vas,
que tu no hayas tenido
el hambre de alcanzar
todas las huellas,
asegurando un mundo
más seguro,
más buscador de paz,
más fortaleza
para hacer el legado
que alguna vez tuvimos:
una verdad más justa,
más nuestra, más directa,
hacia todo lo que llora
lo perdido,
en el terrible mar
de las mareas…?