Hoy releí mis versos
como si fueran de otro
como si alguna mano,
que ahora desconozco,
fluyera por sí misma
y escribiera a su antojo.
Hoy releí mis versos
y me sentí distinta.
Ya no tengo la prisa
de de avizorar entuertos.
Ya me sembré en mi piel
sin ninguna pregunta.
Me deshice de todo
que no fuera yo misma
y me calcé pantuflas
para renunciar mi huida.
No voy a parte alguna
quiero sentarme aquí
seria, alegre, sumisa.
Preguntarme los cuantos
y negarme los cuales,
entregarme a ese duelo
que no lograr más tarde.
En este aquí y ahora
las horas pasan lentas
midiendo los detalles.
El río se detiene
como si fuera alguien
llamado a investigar
mi silencio o mi alarde.
Hoy releí mis versos
y parecen tan míos
como es mía la tarde…