Después de la lluvia,
juntamos certezas…
¡Tantos frutos nuevos
naciendo en la siembra!
La luz de un nuevo sol
animando consciente
dádivas generosas
de la cosecha en ciernes,
y todo huele a frutas
con el sabor de siempre.
En la mañana mágica
la madurez avisa
que ya tenemos hambre
de ese sabor que obliga
a degustar de todas
esas frutas maduras.
Y ya toda sonrisa se genera
y todos los sabores
explotan y se mezclan
con sonrisas alegres,
para la misma fiesta.
Y hay jugo de frutas
en mesas que ya tienen
la muy grata noticia
de sentirse alegres.
Y cada quien se toma
el sabor que prefiere
dándole a la sonrisa
el gusto que entretiene.
Alzamos nuestros vasos,
reímos y cantamos
a la Madre Natura,
que por saber tanto,
tanto nos va ofreciendo,
cual el mejor regalo:
el mezclar los sabores,
con risas y con cantos…