Reptando,
las palabras
se asoman a las páginas
y hacen de ellas
moradas, con sus lastres.
A tientas van, se tienden
como largos gusanos
dejándome, al pasar,
un viscoso desastre.
No, nunca fueron más
las palabras que escribo.
Me cesaron sin permiso
sin paz y sin futuro.
Subyugaron mi asombro,
jugaron a extravíos,
fulguraron presencias
escondidas del álbum
de los recuerdos fijos.
Fueron luz entre sombras
hurgando en mis abismos.
Son las acusadoras
de lo que ya he perdido,
la verdad escondida
de todos mis designios,
reptando entre mis líneas
me han usado a su tino.