Sueño feliz, el sueño que no ha sido
más que un impulso fino
de los astros
en esa gran final de los abrazos
que alcanzan a nacer
según los pasos, del tiempo y la rutina.
Megalómano al fin,
el mundo gira
según quien lo soporte.
Y la mentira,
siempre fluyendo va en el firmamento,
cuando cada creyente se levante
sobre las podredumbres
de por vida.
Esa que afecta a todos, porque todos
vivimos de una fe que nos inspira.
Sueño feliz aquel que ya soñamos
urdiendo en nuestros cuentos de pequeños,
las lecciones finales que exponían
lo virtuoso en la lucha y los amores
capaces de ganar en cada porfía.
Sueño feliz de una feliz almohada
adosada a los sueños de por vida…