¿Es acaso la vida?
¿Son, acaso, los pasos
en ese toma y dame
que esgrimen los cansancios,
en no sé qué de búsquedas,
en no sé qué de falsos
pensamientos y obras
hurgando en el fracaso?
¿Es acaso de vuelta
del toma y dame viejo,
donde no llega nada
que refleje lo nuevo,
en ese apocalipsis
que enfrentamos por dentro?
¿Es acaso el destino
que posiciona fueros
en intrincados muros,
cubiertos de cemento,
e intrincados linderos,
para obviar lo que obviamos
y vivir sin lamentos
por lo que fue o no fuera,
más que pedidos nuestros?
¿Es acaso la vida
dirigiéndolo todo
desde esa potestad
que ordena al nuevo coro
emocionarse al giro,
mientras cantan los fueros
de algún remoto origen,
sus cánticos modernos?
¿Y que queda en la gira
del tú y yo, cuando menos
vamos necesitando
los viejos trajes nuestros
que hacían auroras
cargadas de momentos
para colmar alegres
amor y juramentos?
Y qué importa si lloras,
tú muro de lamentos
reflejará lo poco
que dolerá por dentro:
el alcanzar la vida
o alcanzar la victoria
que negará el recuerdo.
¿Es acaso la vida
lo que habías supuesto?