Cuando no dices nada,
lo vas diciendo todo
sin ecos ni palabras.
Tu mirada, cautiva
en la mirada mía,
hace acopio de letras
para mi poesía.
Cuando no dices nada,
le vas diciendo todo
a mi mundo, que cala,
sin decirte las cosas
que las penas ensayan.
Somos dos presumiendo
que ya no guardan nada,
cuando se van quebrando
las rocas que nos lanzan
esos malos recuerdos
y esas tontas andanzas.
Cuando no dices nada,
yo repito, en silencio,
las cosas que conozco
desde tantos recuerdos
y desde tantos logros,
que no puedo culparte,
y callando, respondo
a los tantos caprichos
de mis tantos anhelos
bailoteando en mi entorno…