Desde la última roca
de mi playa,
miro al mar
en su constante viaje,
aplaudiendo a las olas
su virajes,
armoniosos y alegres
como antes.
Miro gaviotas intentando pescar,
aplaudo los antiguos intercambios
entre olas y olas
en su encanto…
Miro al cielo sumiso
en la vendimia
de una suave llovizna
prodigando.
Y poco a poco,
ese borar de huellas,
le donan a la arena
su descanso.
Desde la última roca
de mi playa,
reintegro las vigilias
y los lejanos cantos
de las aves que cruzan
los espacios,
combinando los vuelos
y el hallazgo.
Desde la última roca
de mi playa,
vuelvo a soñar
con esos pies descalzos
que solían brincar,
corriendo olas,
en ese transitar
que quise tanto,
cuando mis trenzas largas
se soltaban
siguiendo el alborozo
de mis saltos…