Voy trajinando
hacia el confín del mundo
admirando tus musas
y tu estela.
Giro contigo
en esa mar que, eternas,
viene y se envuelve
en su nidal de arenas.
Vuelo mi vuelo
de rotunda niebla
despacio y abrazando
tu mar de lentejuelas.
Hago piruetas,
y sin saber como,
me convierto en solz:
polvo y etérea
nube que avanza
hasta el confín de todo,
admirando la aurora
que nos plena.
Mientras detras del cerro
ya amanecen
los cantos de las aves
que ahora vuelan…
en esta madrugada,
que me avisa
del sueño no dormido
que me espera
en ese declinar
que dá a los ojos
más sueño por soñar
en sus esferas…
Voy perdiendo pesos
en las alas,
voy perdiendo la luz
que ya tuviera…