Es mi día de paz.
Las nubes bien guardadas,
esperan ocasiones
para ser avisadas
por uno u otro viento
que en el cielo, danzara.
Es mi día de paz,
todo nace o se muere
con los mismos impulsos
y los mismos quehaceres,
desde hace tantos siglos
y tanta alfombra verde.
Es mi día de paz,
con tan sólo el requiebro
de pájaros trazando
su vuelo en el espacio,
el verdi-azul, tan grato,
juega a romper el hilo
de mi tranquilo rato.
Es mi día de paz,
de los recuerdos buenos
que van siempre en contacto
con lo que pienso, escribo,
analizo o retrato
en cada nueva aurora
y en cada nuevo impacto.
Y, siendo tan tranquilo
el trajinar soñando,
me pierdo en la rutina
de escribir, por si acaso,
puedo esgrimir razones
entre una línea y otra,
entre uno y otro verso
naciendo tan despacio
que ya no quedan huellas
para un último lazo.
Es mi día de paz,
¡sólo vale el descanso!