Poco a poco me siento
transportada en un viaje,
incansable, inseguro,
irresoluta, al margen
de lo que va pasando
con todos sus detalles.
El ventanal, abierto,
me transporta a otros aires,
a otras busquedas varias
sugiriendo detalles
que van al infinito
de todos los desaires.
Poco a poco me pierdo,
como quien va de viaje
sin dirección alguna,
hurgando, por las tardes:
cómo estará la noche
sin sueños que me salven.
Y poco a poco lanzo
mi musa y sus pesares,
hasta que las estrellas
me miren y se harten
de sentir los silencios
y ¡bajen a ayudarme!
Es porque sueño mucho
que necesito aires
para encontrar las voces
guiándome en la ruta,
salvando a mis mareas
de sus tontos alardes…