Ya no sé en qué ruta,
ya no sé en qué vía,
perdí mi sendero,
desperté rendida
a cualquier excusa
que no fuera mía.
Como si la arena
que colma mi orilla
rindiera a otros pasos
las huellas hacia
soñando despierta
o hablando dormida.
Y la misma luna
que me prometía
desplegar las luces
a toda vigilia
se plegó a las nubes
que la poseían.
En medio de estrellas,
sonando otra vía
me encontré soñando
sobre arena húmeda
un tanto más triste
mientras me rendía.
Entre sueño y sueño,
volví a mi rutina
de seguir pensando
sin tener la guía
que llevan mis pasos,
que siempre me abrazan,
despierta o dormida,
a la poesía.