¡Total!
Ninguna pena reprimida.
Todas en consecuencia
trasluciendo
antiguas inquietudes
de los tiempos.
Nos llegó la vejez
y aún sigue el desacato
de dos almas unidas
pensando en ya no estarlo.
Tu no sigues mis huellas,
yo no sigo tus pasos
en la desavenencia
de caminar atando
nuestras propias reliquias
a nuestros propios actos.
Yo no estoy para tí,
tú niegas a estarlo.
Yo, ya tranquila, pienso
en el pasado incierto,
donde las rutas nuestras
eran rutas sin sueños.
Este futuro es nuestro,
tú sigues siendo tú,
yo ya me pertenezco.
Nuestras verdades andan
en distintos conciertos.
¡Total!
Ya no tenemos
quien escuche argumentos.
La casa huele a adioses
llevando los recuerdos.
Mientras miro la lluvia
cayendo por caer,
regenerando vida
dentro de sus misterios,
pienso en descaminar
los caminos del tedio.
¡Total!
Ha visto muchas lunas
mi soledad de invierno…