Hoy encontré mi mundo
estático y pequeño.
Las palabras no hablaban
su destino certero,
las sonrisas clamaban
con el máximo empeño:
por el espacio antiguo,
el deseo primero,
la esperanza recíproca
y el alegre revuelo.
Hoy encontré mi musa
perdida entre los sueños,
sin la clara respuesta,
sin el tono ligero
que lanzan las palabras
esperando el regreso
de la respuesta alegre
o el alegre gorjeo
de una risa que siembra
los alegres momentos…
Hoy, todo tan callado,
con el silencio puesto,
hoy todas las respuestas,
tendidas a lo lejos
me dijeron lo solo
que siento este momento,
recordando que tuve:
el apretado abrazo,
los mejores deseos
y la esperanza grande
de vivir las visiones
que engendran los recuerdos.
¡Hoy encontré mi mundo:
estático y pequeño!