El tiempo hará en su magia,
sus dimes y diretes
agregando a la vida
justicias y placeres,
y además del olvido
que a todos pertenece
veremos como cambian
noticias y placeres,
juegos de no olvidar
lo que, a penas conviene,
sueños que siempre buscan
argumentar en redes
lo que ya presentimos
huir, cuando conviene.
El tiempo es el amigo
que se alarga y se avieno
a cualquier desencuentro
y a cualquier desenfreno
anotando las cuotas
que siempre van y vienen
buscando un asertivo
límite en nuestras redes.
Es así como vamos
eliminando culpas
y sufridas nostalgias
una vez y mil veces
tendidos en la zafra
de innumerables sueños,
que siempre se marginan
del temor y las ansias…
El tiempo es el maestro
que, alguna vez, nos falla
¡con lo que más nos hiere
o lo que más amarra!