¡Aquí estamos!
todas las condenas
firmando nuestros pactos.
Tu yo y mi yo
en ningún
esfuerzo por lograrlo,
venciendo las distancias
que nos damos.
La burbuja del tiempo
trasluciendo detalles.
La mímica en los rostros
frunciendo nuestros aires.
El cansancio y el tedio,
jugando a los desaires.
La incongruencia en ideas
que no logran juntarse.
Las voces, que aún calladas,
nos gritan sus pesares:
Es tarde,
tarde,
tarde…
repitiéndome, a dúo,
en una eterna noche,
que no quiere fugarse.