Es…
Es…

Es…

Es, a pesar de todo

que la lluvia

regresa para hacer

de cada día

la más larga

de todas las ofrendas.

Y la tierra,

que muere

sin la frugal ofrenda,

hace acopio de bienes

en medio de cosechas;

y la alegría deviene

sus ansias de prebendas,

y los pájaros cantan

con sus palabras viejas, 

y se cierran los ciclos

de un gris, clamando lluvias,

en medio de promesas.

Y en medio de la espera

vagan los cantos, siempre,

de la alegría primera.

Es cuando cae la dádiva

que la tierra se abre 

a un mundo de promesas

y todo juega al modo 

de la ganancia envuelta

en cada resplandor

que de la luna llega,

sonriéndole a los premios

que el suelo siempre lega.

Todo se vuelve fruto,

hay cantos en la floresta

y los campos replican

con fértiles promesas,

mientras cae la lluvia 

legándonos la entrega…

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