Vestidos tras el rojizo fuego
hay vendimia de pasos
en la orilla
cuando la tarde pasa
aminalando sombras.
A través del espacio,
dibujando siluetas
tienen vuelos pequeños.
No trasciende en el tiempo
el cada día cruzando
los angostos senderos,
y es sempiterno el cruce
de los viejos recuerdos,
en el correr del río
y en los vuelos pequeños.
Hay trascender de río
bamboleando las horas
sin descanso de ecos.
Trasciende el reclutar
de los murmullos.