Relego a tí mis horas
sin siquiera encontrarte
pienso y repienso siempre
los múltiples alardes
de hacer callar el tiempo
que susurra, en escape
con cualquier dimensión
con cualquier estandarte.
Relego mis pesares
a cualquier escondida
ilusión por quedarme,
sabiendo que me esperan
más penas por delante
y esa tristeza eterna
que nunca llega tarde.
Relego en tí mis aires
de completa alegría
pensando que ya nubea
lograré, de por vida,
poner mis cielos claros
en tristes lejanías.
Relego en tí mi musa
tan siempre consabida
en cada verso triste
que escribí, en disyuntiva,
de las horas más tristes
llamando a despedidas.
Relego a tí mis cantos
que alguna vez creyeron
acordonar distancias,
subsistir al destierro
de tantas ilusiones
y tantos desafueros.
Relego en tí mi musa
tan triste como el eco
de las olas que avanzan
en nuestro mar revuelto
redimiendo distancias
en las alas del tiempo.
Relego cada abrazo,
relego cada verso
que llegara a mi musa
sin siquiera saberlo…
y me llegan cantando
almacenan recuerdos…