Vuelas sin tener alas
aferrando el espacio,
vuelas, tal vez sintiendo
las velas de tu barca.
Quieres volar y sueñas
otro mundo que aguarda,
pero no tienes calles
para sentir que avanzas
entre mil adoquines,
que sonríen si paras.
Quieres sentir el mundo
que alegró tus palabras,
pero son tantas penas,
que no podrías contarlas.
El mundo no hace ecos
que importen a tu fragua.
Quieres sentir que tienes
abrazos a tu espalda,
pero el alma no tiene
los soñados abrazos
para sentir el alba.
Y tus sueños son todo
lo que ahora te queda,
después de las palabras,
de las sonrisas tristes
y el abrazo que marcha
hacia cualquier encuentro
sin esperar tu alma.