¿A dónde van los sueños
que nunca se cumplieron,
las palabras graciosas
que legaron sonrisas,
las miradas amigas
que un día se percibieron,
el clamor de las olas
llegando a nuestro suelo
sugiriendo los viajes
que nunca fueron ciertos?
¿A dónde va el deseo
pletórico en momentos
cobijando en las alas
esos soñados vuelos?
¿A dónde las preguntas,
a dónde los te quiero,
a dónde cada instante
legando a los momentos
esa sonrisa presta
para cualquier encuentro?
¿A dónde va la magia
prendida a los deseos
que, indagando caminos,
los sentidos perdieron
sin alcanzar las voces
llamándonos de lejos
para entonar los cantos
de nuevas libertades
o nuevas esperanzas,
que nunca se nos dieron?
¿A dónde va el encanto
que abriga cada sueño?