Hay plantas nuevas
en la orilla entera,
a las que pareciera agradar,
crecer y lavar
sus tupidas raíces
todo el tiempo.
A veces sopla el viento
y sus ramas ondean
a veces con certezas
y otras con rebeldía;
pero siguen allí:
de pie ante su río,
gratamente aburridas.
Hay animales
en la zona entera
que parecieran no tener
dueños ni residencias ciertas.
Es poco el alimento que reciben,
pero siguen ahí,
identificados y unidos
en su propia porfía
sintiéndose ya parte
de la eterna vigilia.
Hay seres
en la vida entera,
que son y sobreviven
mil veces a su agenda.
Y su agenda es sencilla:
padecer hasta cuando
se convierta el final en orto dia.
¡Todo parece indicar
que les gusta sufrir!
Un no, es la respuesta.
Están solo a la espera
de un milagro
o creen, dócilmente
en las ofertas…