Hoy el día está triste
como quien va menguando
su letanía de horas
sobre los mismos pasos.
Y las pequeñas olas
usan su vuelo raudo
con la ayuda del viento
que apura los traslados.
Esgrimiendo los mismos
versos, que desde antaño
se saben las espigas
que florecen en frente
de los antiguos patios,
van las aves que vuelan
infinitos espacios.
Los cisnes, se hacen eco
del viaje, hasta el cansancio
y se posan, tranquilos,
en los tranquilos arcos
de las olas subiendo
hasta encontrar su espacio
en una tierra propia
que el mar vive usurpando.
Hoy el día está triste
y yo no sé, ¡hasta cuando!