Siempre la misma excusa
y nunca para nada.
Siempre las mismas horas
destejiendo las causas
de la pena que tengo
y la pena que pagas.
Siempre la misma historia
cuando no sueno nada
y las horas se quedan
en sueños, encriptadas,
y la Luna sonríe
y las nubes, que pasan,
hacen huelga de lluvias
transparentando el alba.
Siempre la misma larga
tristeza que no pasa
para alargarme todas
las horas que pasaran
en el antagonismo
de dos historias vanas
que asumen las victorias
perdiendo las batallas.
Siempre la misma excusa
como pez en el agua,
nadando en los azules
de una esperanza larga,
que va marcando
todas las tristezas
que guarda.