En este día gris
que te llama y te nombra
sugiriendo quietudes,
al igual que las ondas
del río calmo, calmo
que a tus ojos asombra.
Es este día gris
pregonando a los vientos
las tantas horas muertas
sin ningún sentimiento
que aflorará ofreciendo
más valor que lamentos.
En este día gris,
repetitivo, opaco,
que va sembrando huellas
de los múltiples pasos
para rendir memorias
al viento o al ocaso.
Es este día gris
que no termina nunca
dirigiendo la ausencia,
la presencia, la vida,
en un dar y tomar
el viento a la deriva.
Y a la deriva danza
cualquier verso que escriba,
avizorando siempre
la paz, para mí misma,
en este día gris,
opaco, ¡y sin medida!