Y después…
¿qué me dices?
de las horas tranquilas,
de las noches felices,
de los tantos suspiros
y tantas cicatrices…
Cuando todo en la sombra
con la nada convive.
Cuando tanta alegría
se convierte en decires
y la llama que augura
nuestros años felices,
tiene ya pocas horas
para rendir sus fines.
Y después…
¿qué me dices?
de turbadores sueños,
momentos infelices
de implicarme en los casos
que no tienen mis firmes
propósitos de enmienda
o logros, porque existen
y ni siquiera importa
lo menos o lo más
de todo lo que dices…
Y después…
¿qué más queda
de este largo imposible,
de este momento eterno
grabado en cicatrices?
¿Irte sin saber cuándo?
¿Irme sin saber dónde?
¿Nos hará más felices?