Si el paraíso cierra sus puertas
¿a dónde irán los mártires
mancillados,
violada la dignidad mil veces,
desterrados, dolidos?
¿A dónde irán las almas
que luchan, clandestinas?
¿A dónde irán los héroes
de la jornada diaria?
¿A dónde irán los pobres
con su atajo de penas
y penurias?
¿A dónde irán las madres
de los hijos perdidos?
¿A dónde irán los rezos,
que sin destino llevan
los vuelos de esperanzas?
¿A dónde irá toda la vida
con su muerte, truncándola?
¿A dónde irán los sueños,
sin soñadoras almas?
¿A dónde irán los himnos
sin sonoras gargantas,
sin esperanzas grandes,
sin despertar de alma,
sin conciencia en lo mucho
que la lucha enseñara,
sin la piedad vistiendo
las más hermosas galas,
sin el amor de todos
compartiendo la zafra?
Si el paraíso cierra las puertas…
¡qué esperar, más que nada!