No Preguntes El Nombre
No Preguntes El Nombre

No Preguntes El Nombre

No preguntes el nombre 

del valor ya perdido 

entre las duras piedras, 

las aguas sin retorno 

la maleza infinita 

de los campos sin siembra, 

la añoranza de vínculos 

que no llevan respuestas, 

las secuelas de todo, 

todo el mal que sintieras, 

la desidia, la culpa, 

el hambre, y sus tragedias, 

el fragor de la noche 

que ha calentado el día 

sin hallar las consejas. 

 

La calma y sus silencios, 

la sabia prevenida, 

las manos que, clamando, 

se escondieron vacías. 

 

No preguntes el nombre

porque está en las pupilas 

más tristes, que te miran, 

hablando de dolores 

sin pedir la sonrisa, 

y haz un clamor clamando 

por todas las esquinas. 

 

No preguntes el nombre. 

Sal a la calle y siente 

la libertad perdida. 

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