Ay del ay que se siente
como siempre cautivo,
como siempre en la búsqueda
de algún sueño perdido,
de alguna nube llena
de inquietos designios.
Ay del ay que murmura
para siempre el motivo
de seguir, trashumante,
los pasos más urgidos
volcándose en la víspera
de todo lo sentido.
Ay del ay que se muere,
sin saber de los mitos,
quedándose dormido
en cualquier sueño triste,
que pescaron tus ojos
a través de los míos…
Ay del ay de los versos
atados al camino
que emprendimos a dúo
sin haber comprendido.
Ay del ay del tequiero.
Ay del ay del olvido…