Yo te hice
a mi modo,
con mi gran petulancia,
limpié cada recodo
de la imagen mostrada
y construí la imagen
querida, que deseara.
Tú no eres tú.
Yo modelé la arcilla
que ayer, otros desearan.
Tú eres más yo
que tú.
Pero, en la disyuntiva,
me quedé siendo tú,
y perdí la partida;
dadas las circunstancias:
fuiste más sol que yo,
perdida y malgastada
en la batalla!
Así triunfal llegaste
con mi propia derrota
en tus manos
tallada.