Desde que no te encuentro,
me fallan las palabras.
Mi voz luce cautiva,
tratando de encontrarlas
y los ecos se ríen
de mi voz y mis ansias.
Desde que no me esperas
mi corazón se aísla
de cualquier bienvenida
y mis lazos se abren
sin intentar la unión
cada vez, más sentida.
Desde que ya no siento
el palpitar que era
busco en los mil motivos
los antiguos dilemas
en un no se que puerto
cercano a tu ribera.
Desde que no te busco
con mis dolidas huellas,
hay un gorjeo de aves
esperando la vuelta
de una inquietante nube
con nuevas aguas, plena.
Desde que no te busco,
desde que no te encuentro,
desde que no me esperas,
desde que no te siento,
voy buscando caminos
que siguen siendo nuestros,
sin encontrar los pasos
que siguen los sueños…