Y yo…
Y yo…

Y yo…

Y yo, 

fútil gaviota 

revisando 

las playas 

para vencer la orilla. 

Venciéndose en sí misma

para volar de alas anchas. 

 

Y yo, 

mirando desde lejos 

tu amanecer tranquilo, 

descanso sin remilgos, 

tiendo mis manos 

hacia arenas huidizas 

en tu oleaje que pasa 

amalgamando huidas, 

y venidas y entregas 

y vueltas y escondidas 

y cantos y añoranzas 

y pérdidas y vida. 

Y yo, 

que no llegaba, 

he llegado de pronto 

con las manos vacías 

a mi mundo 

que no aguarda 

ni mi llegar inquieto, 

ni mi hambre de aventura. 

 

Y yo, 

callada y taciturna 

vuelvo a mezclarme toda 

con la arena en su huida… 

tras una ola inmensa 

gritando bienvenidas…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email
WhatsApp