Y me voy, en un canto
de hojas y de grillos.
De pasados encantos,
una luna sin brillo
y una opaca luciérnaga
que siembra la esperanza
de un tesoro escondido.
Y me voy donde evocan
las ninfas su perdido
amanecer de olas
en un mar intranquilo,
donde se sueñan todos
los amores ya idos.
Y me voy, resucito
en un batir de río
sobre la orilla extensa
con sus ritos
tal vez buscando amores
de lucha y desafíos.
Y me voy, deshaciendo
lo que ya estaba escrito.
Tu dibujando todo,
yo perdiendo motivos
en ese toma y dame
que anuncian los principios.
Sin que nada me asombre
si todo estaba escrito,
en la arena que duerme
en tus ojos tranquilos
o en el sol de los mitos,
o en mis labios, que callan.