Cae, ahora, la lluvia
y el viento la convida
a jugar entre ramas,
como si hubiese música
para hacer de la danza
el juego de las musas.
Y las ramas, se mecen
bailoteando, cual nunca
hubiese un juego eterno
entre el viento y la lluvia
para probar qué tanto
las ramas se desnudan.
Hay un trinar alegre
cuando llega la lluvia
y los pájaros cantan
entre las ramas húmedas
mientras caen las gotas,
tan frías como nunca.
Cae, ahora, la lluvia
y comienza a inquietarme
ese venir intenso
de las gotas que nacen
de inquietos remolinos
al nacer de la tarde…