En El Allá
En el allá, de lejos se se incrementa con los rayos de luz las esmeraldas en su opulento verdor, de montes y sabanas como un mar de sinuosas y bailarinas lianas. En el allá, …
En el allá, de lejos se se incrementa con los rayos de luz las esmeraldas en su opulento verdor, de montes y sabanas como un mar de sinuosas y bailarinas lianas. En el allá, …
Lo único que le queda al guerrero cuando ya no le queda nada por que luchar, es burlarse asombrándose de su propia temeridad. Lo único que le queda al caminante cuando ya no hay …
Como suspiran todas las hojas en el aire, conmoviendo a las ramas con lujo de detalles; como suele la brisa bailar hasta cansarse bailoteando entre hojas, con toques para el viaje. Como animan las …
Ayer volaron todas las voces sostenidas desde los viejos troncos, hacia las lejanías de apartados crepúsculos y gratas melodías. El sol mezcló colores, la tarde forjó sombras. Los árboles urgieron a las aves descanso. …
Como cisnes, las voces navegaron por las aguas cristalinas y puras de los versos. Hubo un remanso pleno de ternezas, allí donde la luz se posa y te contempla con más dulzor que nada entre …
Y si no fuera por vivir soñando, siempre en las alas del sueño prometido, ¿qué podría ser de la victoria tonta amarrando los sueños ya nunca compartidos? Y si yo misma pudiera duplicarme en …
Desde los linderos de mis propios pasos, paso lunas llenas tramando y soñando, no sé qué de ausencias y de desamparos, trinando doliente mis pocos legados. Y es música pronta desde los linderos de mi …
Surgieron, si, en la oscurana. En su propio ramaje agazapados. No esperaba la víctima el ataque. No esperaba la madre la traición. Mientras, las mentes niñas abrigaban sus sueños en rosarios de todos los colores …
Una a una las panas van llevando cada cuenta perfecta de algún viajo rosario. La sonrisa perdida, nunca más encontrada, la mirada pasiva de quien no espera nada. El silencio insolvente, la callada amargura, la …
Y yo que sólo soy lo que no he sido, como animal perdido en la hojarasca, miro al río correr, y mientras miro, mi vida va volcándose en las aguas dispuestas a seguir a pesar …
Esos días que parecen convidar a la tristeza a un silencio contínuo, pesado, permanente. Donde sólo presientes las voces más sentidas y se cuelgan los hábitos del deambular constante; en idas y venidas sin ir …
Ya no tengo las ganas del trabajo contínuo. Mis músculos defienden el placer de estar vivos sin más tarea que ser la escritora de siempre, recitando sus versos o escribiendo sus tontos y olvidando conflictos. …