Yo Te Acuso
Yo te acuso por amarme de esa manera innoble, incauta y precavida. Innoble porque pretendes que te quiera más a ti de lo que yo misma siento por mi propio pensamiento o mi propia realidad. …
Yo te acuso por amarme de esa manera innoble, incauta y precavida. Innoble porque pretendes que te quiera más a ti de lo que yo misma siento por mi propio pensamiento o mi propia realidad. …
Para mí, una muerte tranquila que impida los sollozos. Una última velada de sonrisas sabrosas, purificando el alma. Una mirada intima a la última jornada coronada de encuentros, de los que más amamos. Alguna …
Dormidos desarraigos, ya vencidos, juegan a conjurar mis desvarios. Callo, hablo, me dejo trasplantar a otros desaguisos que nunca fueron míos. Doy asilo al pensar, y a pesar mío, voy perdiendo esa nada que es …
Si, ¡sigo aquí! Con mis perdidos miedos y ganadas victorias… Un sol, a todas luces, una alegría que ronda, un quere verme libre que a las puertas asoma… Un trajinar de abrazos, una alegría muy …
Duelen mucho los silencios en tu ausencia, lo que pensabamos decir y no dijimos, lo que aparentemente dijimos no sentir, pero sentimos. Dándonos al contacto despedidas por lo que no aclaramos ese día o muchas …
La luz que pasa, va desde los postigos entreabiertos se sube a los pretiles y huye, desparramandose en el medio de la sala. El piso de cemento con sus orillas biseladas al pie de las …
Las manos hacen olas en las redes plomizas y desde ellas saltan mariposas brillantes con su colitas largas. Entre arenas y aguas la venta se entroniza, y los más grandes peces pasan, sin reverencias, a …
Ah! Caracas fiel amiga que en el verde terciopelo del frescor de tu mañana, te remiras angustiada bajo el pedazo de cielo, herida, muerta, acosada, despedazándote anhelos en tanto que repasabas la sangre mustia de …
Gritos desde las nubes llorando la inclemencia de no ver, por las tardes, como todos los días, las ignotas siluetas ya perdidas. Gritos desde las cumbres más altas de los cerros que desdibujan sueños …
La servidumbre es eso que menoscaba el pecho. La cabeza que piensa, brinda mejores frutos. El ansia de agradar te muerde el sentimiento y se pierde, lejana, cual si fuera un tormento. Porque …
Aquí y allá las notas de los gentiles pájaros. Aquí la algarabía de los colores cálidos. Allá las nubes bailan y el viento las circunda mientras va dibujando sus mejores figuras. Aquí, en …
En el hondo letargo de la noche junté mi sombra a la tuya, alargando, cada mano sesgada se fue izando y fue un aplauso mudo ante la luz del alba. Callabas tu después yo callo todavía. …