Un Sueño Largo Largo
En un sueño muy largo mis ramajes se extienden, taciturnos. Pasan por entre muebles, zapatos, ropa, libros, se alzan sobre la mesa, incautando los pocos caramelos que quedan. Adivinando apenas por su olor, su sabor …
En un sueño muy largo mis ramajes se extienden, taciturnos. Pasan por entre muebles, zapatos, ropa, libros, se alzan sobre la mesa, incautando los pocos caramelos que quedan. Adivinando apenas por su olor, su sabor …
Mi cuerpo está hecho de amor y de dones, muchas estructuras en sus dimensiones. Es cosa de asombro esta ingeniería que hace tan perfecta nuestra anatomía. Cabeza-comando. Tronco que protege organos vitales que no …
Prosas que una vez escritas, vivirán para siempre. En ese para siempre de las cosas que no se ponen viejas ni concluyen. Como la vida misma, cambiante y combatiente. Cantadora a destiempo o a deshora …
Incontrastable y franca en su pureza la astucia de tu mar en mi bahia rompe en olas traniqulas, y, de súbito la marejada aumenta y se diluye en mil pompas que bailan en mi orilla …
Desde cuando de lejos viene la brisa y baila con las ramas delgadas de los frondosos árboles. Desde cuando, en las horas, se escuchan las canciones que promueven audaces las botas, en su marcha. …
Hoy tuve tanto miedo que olvidé las razones para no tener miedo. Me cobijé de fuerzas para darle la espalda a las tristes razones que, en sueños, me postraban… Urgué en el infortunio …
Opacos los minutos, en las horas, fueron abriendo un cauce taciturno dentro de un mar de esperas y de infundios. Milagrosamente, a la espera de esperar se fueron achicando los segundos que fueran, inseguros entregándose …
¡Madre mia, que vuelos en el tranquilo día! ¡Qué remansos de paz va diluyendo el río, oyendo los decires de las aves que cruzan, confluyen en sus bandas y se alejan, después de largas chacharas …
Yo no lo dije así pero lo comprendías tu mirada me dijo que toda mi enseñanza caería en tus manos y en tu alma para multiplicarse. Ayer te ví, tu hijo caminaba contigo y sonreías. …
Patilla grande y lustrosa fuente de agua rojita déjame calmar mis ganas en tu pulpa suavecita, que tengo mucho calor y quiero ver si consigo calmar la sed que te tengo entre las ganas metida. …
Y tú sin mi desdiciendo los trinos que aúllan más allá de las memorias, desdiciendo la luz que terca, te acaricia, desdiciendo las dadivas, la vida. Y tú sin mi, proyección inconclusa marchándose al …
Canto a la lejania de esas horas en que marchaba mi compás el hambre de atravesar ruidosa los espacios y lacerar tu piel con mis abrazos, y lacerar tus labios con mi boca.